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  • Foto del escritorJulia Pino

El arte en la red: el camino hacia una sociedad más informada y creativa

Actualizado: 9 nov 2020


Si volvemos la vista atrás, seremos conscientes de la tremenda transformación de la estructura mediática ocasionada por la irrupción de Internet: poco a poco las empresas mediáticas se han ido adaptando a la plataforma online para sobrevivir en el mercado y los usuarios ya no somos meros consumidores de información, sino que también producimos contenidos.


Esta facilidad de difusión, comunicación e interacción bien podría ser muy beneficiosa para la divulgación de contenidos culturales (Izquierdo, Álvarez y Nuño; 2017). Y si, como dice la directora de la División de Creatividad del Sector de Cultura de la UNESCO, "la cultura es todo lo que configura nuestra identidad como sociedad", las herramientas que facilita Internet repercuten directamente en la creación de una sociedad más informada, abierta y creativa; pero, ¿estamos aprovechando estas ventajas?, ¿qué clase de contenidos culturales podemos encontrar en la red y de qué calidad?


Comencemos estudiando el tratamiento de la cultura en la red. Según el artículo "Comunicación y divulgación de contenidos artísticos a través de las Redes Sociales: Facebook y Twitter", la relación entre las redes sociales y la cultura puede ser muy provechosa, ya que las redes toman la función de facilitar el acceso a los contenidos especializados y multiplican "la posibilidad de que los ciudadanos puedan adquirir competencias en ese campo". No obstante, esta función divulgativa resulta eficaz solo si los contenidos son de calidad (ComRigor, 2019).


Para medir esta calidad de los contenidos en la red, primero tendríamos que definir qué son los contenidos culturales en sí mismos, para poder identificarlos según unas determinadas características que atestiguan su calidad. Según la periodista Esther Paniagua, miembro del comité de expertos de ComRigor, el contenido cultural es:


  • Una unidad de conocimiento que transmite, refleja o es en sí misma un producto del tiempo en el que se vive, ya sea en el ámbito del arte, de la música, de la literatura, del cine, del entretenimiento o de las ciencias.

  • Tiene una forma y una estética definidas de acuerdo con el contexto y el ámbito en el que se enmarca, que también condicionan su canal o canales de distribución.

  • Perdura, es decir, tiene continuidad a lo largo del tiempo: forma parte de la herencia de un grupo social y contribuye a definir su presente y su futuro.


¿Cultura o publicidad?


Analicemos ahora que conocemos la definición de contenido cultural a los medios online. Por una parte, encontraremos empresas de comunicación especializadas en cultura que presentan unas informaciones con una clara tendencia promocional, mientras que los medios generalistas ofrecen contenidos culturales sin seguimiento ni profundidad alguna.


En cuanto a los periodistas especializados, existe una clara tendencia a la creación de espacios personales como blogs, páginas webs propias o medios especializados, lugares donde estos profesionales vuelcan sus trabajos y los internautas pueden acceder a información cultural de calidad (Carrera, 2016).

En conclusión, el tratamiento de la información cultural en las empresas de comunicación online se define por los principios básicos de la rapidez, la sencillez y la promoción. El objetivo de estas corporaciones es atraer al público y, por eso, no dudan en apostar por temáticas que distraen y alejan a los lectores de contenidos de calidad, lo que repercute en la escasez de la información especializada en la red.


Esta huida del conocimiento especializado es el resultado de lo que Javier Fernández del Moral denomina "la tercera brecha digital". Se trata de la división entre el conocimiento experto y conocimiento social, entre "lo más y mejor nos acerca a la verdad de las cosas" y la información escasamente pertinente, propia de una sociedad "vertiginosa, superficial y precaria", según del Moral.


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