En España, desde la Ley Orgánica de Educación (LOE), la Danza forma parte de la materia de Educación FÃsica, junto al Arte Dramático. Esta inclusión de la danza en el sistema educativo significó un cambio de paradigma, ya que se produjo un enriquecimiento del alumnado desde un punto de vista integral, global y holÃstico, cercano al concepto de educación abogado por la sociedad occidental actual. Como escribió en De las Heras: en las escuelas el cuerpo ya no serÃa un objeto, sino que pasarÃa a ser concebido como un "cuerpo vivenciado".
Pero, qué calidad tiene la educación artÃstica en la práctica. Según la Hoja de Ruta (Unesco, 2006), las condiciones mÃnimas para que la educación artÃstica sea eficaz son: la existencia de profesores o artistas con el material y la formación necesaria y el fomento de las asociaciones entre ministerios, centros docentes y organizaciones artÃsticas, cientÃficas y sociales.
Sin embargo, hoy por hoy, la danza sigue siendo escasa y puntual en Educación FÃsica. Asà lo advierten las autoras de Iniciación a la danza como agente educativo de la expresión corporal en la Educación FÃsica actual, quienes justifican el desconocimiento de las aportaciones de la danza a la falta de formación del profesorado o a "la consideración eminentemente femenina de esta actividad".
Por su parte, Rodrigo J. GarcÃa reivindica una reorientación de las materias artÃsticas en su sentido normativo, ya que estas están concebidas como "instrucción" de escasa transcendencia, "dirigidas a conseguir del estudiante un cierto dominio técnico, reverenciado como el ‘asunto’ fundamental" (El PaÃs, 2019).
Hace falta un cambio exponencial en el sistema educativo. El arte deberÃa involucrarse de manera transversal en cada una de las materias, al igual que todo conocimiento adquirido frecuenta en otros campos prácticos y teóricos.